15 junio 2008

¿POLIDEPORTIVO NAUTICO? O ESCOMBRERA...

Ya ni me acuerdo, cuando empezó esta obra... creo que desde que soy directivo vivo instalado en una incómoda obra, llena de errores, chapuzas, retrasos, abandonos, idas y venidas que pueden hacernos llegar a igualar el periodo de ejecución al de El Escorial (Claro que allí, Felipe II estaba encima de la obra, dando caña, para que quedara como quedó, por cierto quedó, muy elegante.)
Como nosotros no tenemos Rey, parece que la obra transcurre por las procelosas aguas de la indiferencia... llevadas por una inercia de "bajo octanaje", que la convierte en lenta, y con corto recorrido. Da la impresión de que la velocidad de ejecución, viene a ser inversamente proporcional a la distancia al centro de la ciudad.
Esto no lo ve demasiada gente, y la imagen es la imagen. Es más fácil que avance la segunda fase del polideportivo (situado junto a la N-I), que los hangares de Santiagotarrak, que solo los ven cuatro viandantes y los escasos usuarios del bidegorri, (que por cierto también parece un calvario)
Triste destino el nuestro... No hay mas que ver el lamentable aspecto que tiene el entorno de nuestras instalaciones, (las mejores de Irun, según palabras de nuestro Alcalde el día de la presentación de equipos)
No hago más que preguntarme, ¿Porque no probaran nuestros políticos a convivir unos días con nosotros para ver la realidad de las excelencias que nos venden.? Seguro que no se atreverían a decir las cosas que dicen.
Desde aquí me gustaría que los responsables de esta "complicadísima" obra, se dignen en algún momento, a reunirse con la directiva de este club, que está padeciendo duramente la desastrosa ejecución de la obra, para darnos alguna explicación. No nos corresponde cubrir las espaldas a los que no son capaces de solucionarnos el problema y llevamos demasiado tiempo haciendo de comprensivos sufridores de las decisiones o indecisiones de quienes tenían que haber controlado mucho mejor la ejecución de esta obra.
Los que estamos aquí, haciendo lo que podemos, donde podemos y con mucho menos de lo que necesitamos, porque la dichosa obra de marras nos impide tener aquí todo el material necesario, estamos más que hartos de esta situación. Eso sí no hemos dejado de cumplir con nuestros objetivo, compromisos, entrenamientos, campeonatos y con el servicio que damos a quien lo requiere, ni un solo día...
¿Nos quedarán ganas después de esto, de celebrara en un futuro una inauguración oficial, para mayor gloria de nuestros representantes?
Definitivamente y si esto sigue así, conmigo que no cuenten. Esto está muy lejos de ser un servicio de calidad.
Sabíamos, porque no somos tontos, que una obra de esta envergadura, sería incomoda y lo tenemos asumido desde el principio, pero tanto fallo, tanta desidia, y tanta inoperancia, nos traslada a otra dimensión, la de la "gran chapuza"... Y además todo esto que quedará como quede, lo tendremos que solucionar los que gestionemos este club, porque cuando se acabe la obra, se acabó la historia y aquí te las compongas. La prueba, la tenemos en la primera fase...
¡¡Paciencia la que haga falta amigos!! ¡¡Pero de resignarnos a que nuestro club esté así y tenga este aspecto de suburbio, nada de nada...!! Quizá tengamos que subir nuestros botes a la Plaza de San Juan, para que los vecinos de Irun comprueben el grado de hartazgo al que nos han llevado ya, con tanta incompetencia... Y que cada palo, aguante su vela.
A día de hoy, hay quien mete alguna hora de vigilancia, para que "los cacos" no se lleven lo que no es suyo, a pesar de que se lo están poniendo muy fácil. Lo podéis ver con vuestros propios ojos. Si esta situación no es motivo para una queja pública ¡Que me lo explique alguien!
Eso sí, dicho con toda corrección, con mucho cariño y por supuesto ¡SIN ACRITUD!

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena Joxerra por lo claro que expones lo que está ocurriendo con la instalación, las fotos como muestra, ¡que desánimo!, tenemos que actuar con sinceridad y directos a quién corresponda. nuestra solidaridad con Rugby y BAT como perpetuos sufridores, un fuerte abrazo, José Luis